Los microaneurismas se producen por la dilatación sacular de los capilares retinianos debido a la pérdida de pericitos. Se ven como pequeños puntos de color rojo y son difíciles de distinguir de las hemorragias puntiformes. Mediante la angiografía fluoresceínica, las hemorragias aparecen como puntos oscuros y los microaneurismas como puntos brillantes.
Son lesiones dinámicas que con el tiempo pueden trombosarse y desparecer, pero aparecerán otras nuevas en distintas áreas.
Es el primer signo visible en el fondo de ojo de la RD. En esta fase tan leve, la RD aún puede ser reversible con el óptimo control glucémico. Por tanto, se puede observar la regresión espontánea de estas lesiones.
Exudados blandos
Exudados blandos
Los exudados blandos son de color blanco y con los márgenes poco definidos, lo que le confiere un aspecto algodonoso (motivo por el cual también son conocidos como exudados algodonosos).
Sin embargo, no son realmente exudados. Se producen por el acúmulo de las proteínas que se transportan a nivel de los axones de las células ganglionares que, como consecuencia de la isquemia, sufren una parada en el transporte y su acumulación dentro de los axones.
Su presencia debe hacer pensar que estamos frente a una RDNP moderada, pero normalizaciones glucémicas rápidas pueden inducir su aparición.
Exudados duros
Exudados duros
La ruptura de la barrera hematorretiniana existente a nivel de los vasos retinianos, que
impide el paso de sustancias de cierto tamaño al espacio intersticial y mantiene este con
cierto nivel de sequedad intersticial, va a producir el paso de líquido al espacio intersticial,
en un primer tiempo. Esto da lugar a la formación de edema y, en un segundo tiempo, al
paso de lípidos que, al depositarse, formarán
lo que denominamos exudados duros.
Estos
se observan en forma de manchas amarillentas de bordes poco definidos y centradas por
microaneurismas y son el origen de la pérdida
de líquido intravascular y lípidos al espacio intersticial circundante.
Drusas
Drusas
Las drusas corresponden a depósitos de lipofucsina en el epitelio pigmentario.
Son pequeños puntos de color amarillento con una distribución extensa y asimétrica, habitualmente en ambos ojos. Es frecuente encontrarlos en personas mayores. El observador podría confundirlos con exudados duros, que suelen ir asociados a microaneurismas o microhemorragias. Sin embargo, las drusas no se acompañan de lesiones vasculares, no se consideran lesiones típicas de la RD y, por sí solas, no se suelen considerar patológicas.
Si se hallan cercanas a la mácula, se sospecha con DMAE. Se puede completar estudio mediante rejilla de Amsler y una OCT.
Hemorragias retinianas
Hemorragias retinianas
Hemorragia en llama. Las lesiones se hallan en la superficie de la retina y tienen aspecto plano y en forma de llama. Su causa está en la extravasación de sangre por la ruptura de las arteriolas precapilares superficiales, localizadas en la capa de fibras nerviosas.
Hemorragia puntiforme. Las lesiones se reconocen como un punto-mancha color rojo y en ocasiones es difícil diferenciarlas de los microaneurismas. Son signo indirecto de isquemia, surgen de los extremos venosos de los capilares y se localizan en las capas medias de la retina (intrarretinianas).
Podemos encontrarlas rodeadas por exudados duros.
Más de 20 hemorragias en cada uno de los cuadrantes indican RDNP grave (al igual que la presencia de anomalías venosas en dos o más cuadrantes y AMIR en uno o más cuadrantes).
Neovasos
Neovasos
Tienen aspecto de pequeñas redes de capilares muy finas, en forma de ovillos. Se suelen localizar principalmente en el área prepapilar y en los vasos principales de la retina.
Se generan por la estimulación de factores vasogénicos (factor de crecimiento endotelial vascular o VEGF) liberados por el epitelio pigmentario, secundario a la hipoxia retiniana como estrategia anómala de revascularización. Estos vasos son muy friables, por lo que pueden romperse y producir hemorragias.
Sus complicaciones más frecuentes son la hemorragia vítrea, el glaucoma neovascular y el desprendimiento traccional de retina.
Su presencia ya indica una RDP.
Hemorragia vítrea
Hemorragia vítrea
Se produce en la mayoría de casos tras la aparición de un desprendimiento de vítreo posterior. La hemorragia ocupa el espacio situado en el cuerpo vítreo. Su aparición indica que estamos ante una RDP.
Aparecen trastornos de visión. En función de su extensión, presentarán miodesopsias súbitas o pérdidas de visión.
Su tratamiento va a depender de si el paciente ha sido sometido previamente a tratamiento láser o no. En caso afirmativo, se puede esperar hasta tres meses antes de extraer la hemorragia mediante cirugía (vitrectomía posterior pars plana). En caso contrario, y si no es posible visualizar el fondo de ojo, el tratamiento quirúrgico deberá realizarse antes de los tres meses por el peligro de neovasos que consecuentemente provoquen tracciones de retina.
Desprendimiento de retina
Desprendimiento de retina
El desprendimiento de retina traccional aparece secundario a la tracción ejercida por el tejido fibroglial que acompaña a los neovasos y tracciona de la retina adyacente.
El paciente manifiesta alteración en el campo visual.
El tratamiento requiere cirugía de retina-vítreo mediante vitrecomía posterior pars plana.
Anomalías vasculares
Anomalías vasculares
En el transcurso de la RD pueden aparecer
signos en las vénulas retinianas. Así, podemos observar:
1. Tortuosidad venosa: es signo inicial observable muchas veces en pacientes con DM
incluso antes de la presencia de retinopatía.
2. Dilataciones venosas irregulares: denominadas arrosariamiento venoso, ya que recuerdan la forma de un rosario.
3. Bucles venosos: que se observan como
venas en forma de la letra griega omega.
4. Duplicaciones venosas: las venas que drenan en la vena central de la retina mantienen una relación de una vena por cada
arteria, hecho diferente al resto del organismo, donde existen dos venas por cada
arteria; en caso de RD, pueden aparecer
dos venas en forma localizada por cada
segmento arterial.